tag:blogger.com,1999:blog-25213615067100081232024-03-14T05:25:39.782+01:00Miguel EndrinoTerapeuta GestaltMiguel Endrinohttp://www.blogger.com/profile/06623421789166694913noreply@blogger.comBlogger13125tag:blogger.com,1999:blog-2521361506710008123.post-80344773300228987842016-10-07T13:32:00.005+02:002016-10-07T13:36:06.816+02:00Cambio de casa<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi49eGsKmRqFcpuunx2OkDsP8KjFA7K4NHdS54ErHjzg3CDdwQ7yf3g4W8MdkHes4agNFdobtlz5YCUzz-ZJo5e5bL3_J3iCeIlcU0Atlg9TTmcFXU5N-x3OSlqCWamAChXyBffSswaSfXj/s1600/TRASERA+TARJETA.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="425" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi49eGsKmRqFcpuunx2OkDsP8KjFA7K4NHdS54ErHjzg3CDdwQ7yf3g4W8MdkHes4agNFdobtlz5YCUzz-ZJo5e5bL3_J3iCeIlcU0Atlg9TTmcFXU5N-x3OSlqCWamAChXyBffSswaSfXj/s640/TRASERA+TARJETA.jpg" width="640" /></a></div>
Este blog queda inactivo ya que estoy iniciando un nuevo proyecto. Un proyecto centrado en la gestión del miedo y en cómo te puede ayudar esa gestión para mejorar tu vida.<br />
<br />
Así nos vemos en la nueva web:<br />
<br />
<a href="http://encontrarelcamino.com/">http://encontrarelcamino.com/ </a><br />
<br />
Un abrazo<br />
<br />
Miguel <br />
<br />
<br />Miguel Endrinohttp://www.blogger.com/profile/06623421789166694913noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2521361506710008123.post-83063996938170483452014-11-30T01:17:00.000+01:002014-11-30T20:54:43.593+01:00Sobre el miedo<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana;">Desde el momento que somos
lanzados y lanzadas a la aventura de la vida, camina junto a nuestro lado un
compañero inseparable que, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de tan
acostumbradøs que estamos a su presencia, hasta olvidamos que está ahí.
Nacemos, crecemos, evolucionamos, nos relacionamos y morimos junto a ese
acompañante fiel; el miedo.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSMOUkdEVrQNBvMScSbcUXtig3inm3DFixDiDw7DxGaYrXqeINDoHteYz9mj5sFOjWe6HrZ_c_9-uLhmwJurdyQxZafeu37tF3IZkS8pxiNM3BGeEGAUF-9I5cjoIh7xgkVTVB2RzmdKdm/s1600/ladrc3b3n-y-la-bailarina.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSMOUkdEVrQNBvMScSbcUXtig3inm3DFixDiDw7DxGaYrXqeINDoHteYz9mj5sFOjWe6HrZ_c_9-uLhmwJurdyQxZafeu37tF3IZkS8pxiNM3BGeEGAUF-9I5cjoIh7xgkVTVB2RzmdKdm/s1600/ladrc3b3n-y-la-bailarina.jpg" height="268" width="320" /></a></div>
<span style="font-family: Verdana;">Y, claro, como todo compañía,
<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>es de suma importancia cómo nos
relacionamos con ella. Qué relación establecemos con esa emoción: ¿Nos dejamos aconsejar
por ella? ¿La evitamos? ¿La ignoramos? ¿La llevamos como una pesada carga? ¿La
ocultamos a los demás? ¿Nos avergonzamos de ella? ¿La negamos? ¿Nos paraliza? ¿Nos
limita?</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana;">El miedo es una de las
cuatro emociones básicas junto con la alegría, tristeza y la rabia.. Su función
principal es la de avisarnos de <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>situación que conlleva un riesgo para nuestra
integridad. Que tengamos en cuenta que podemos sufrir daños. Esa es su función
biológica; la de mostrarnos el peligro y darnos la posibilidad de escapar,
atacar o defendernos. Por tanto el miedo tiene una función adaptativa, de
protección del individuo y de la especie. Valoramos el peligro y reaccionamos
en función de lo que es mejor para nuestra supervivencia.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjO7WCsOhCPgqvYbNiOIvt4fSPbPwscX8FZFFKu2h5rgNEjyqPB7CEleL9xGIF7fuOWcvXdNAtUvgCbGTePM9RnlX5xjZnmfOR-OJg69GIK8zUJIkioAWMC0FvRcR2bz4eMs1lBlQjvIj0K/s1600/PHO-10Oct28-263904.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjO7WCsOhCPgqvYbNiOIvt4fSPbPwscX8FZFFKu2h5rgNEjyqPB7CEleL9xGIF7fuOWcvXdNAtUvgCbGTePM9RnlX5xjZnmfOR-OJg69GIK8zUJIkioAWMC0FvRcR2bz4eMs1lBlQjvIj0K/s1600/PHO-10Oct28-263904.jpg" height="200" width="160" /></a><span style="font-family: Verdana;">Si la cosa sólo fuera
ésta, aquí acabaría el post y a otra cosa, ya hemos definido el miedo, es algo
muy útil para nosotros y hasta la próxima entrada del blog. La realidad es
otra. Todas nuestras relaciones, todos nuestros actos van irremediablemente
unidos a una emoción (o a varias a la vez), por lo que el miedo aparece en la
mayoría de situaciones de interacción con “el otro” o en muchísimas situaciones
en las que proyectamos o pensamos lo que vamos/tenemos que hacer o en las
decisiones que vamos/tenemos que tomar. El miedo (o su ausencia) tiñen de alguna
manera casi todas las acciones de nuestro hacer diario.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana;">El miedo, como hemos visto
antes, tiene una parte biológica y, también tiene una parte aprendida o
modulada. Es en la infancia cuando sintiendo miedo en alguna situación <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y ante la respuesta de los padres (o figuras
paternas) que aprendemos a manejar esta emoción de una determinada manera. Un
niño o una niña que se siente protegido/a y seguro/a no identificará y
gestionará el miedo de la misma manera que uno que uno/a que son sus propios
padres la fuente de de ese miedo (agresiones, disputas en la ruptura de pareja,
utilización del/la pequeño/a como una pieza de cambio en las peleas de los
padres…). No se aprenderá a gestionar la emoción de la misma manera cuando es
tratada con normalidad y comprensión a cuando se le dice al pequeño/a “no
tienes que sentir miedo” o “no es de hombres”. Esto son sólo dos de los cientos
de ejemplos de cómo el miedo es tratado dentro del núcleo familiar; cada
familia es un mundo, cada niñø aprende lo que está bien o mal, lo que puede o
no puede hacer dentro de su familia, dentro de su aprendizaje.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgroCYIAn2Ivm7njahrJe-Sa1OKAhezIQR9UurqoiscLsAeWh1eexrKFaqUwfwjnxsbEnWZ1DBv4dmn9kBcX27w8rLjysgr-NFr_pLiKdcB33rPrjVZG3IhUxyMdTqCJAgFJY8E2rq-avku/s1600/noche-miedo-cines-lys.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgroCYIAn2Ivm7njahrJe-Sa1OKAhezIQR9UurqoiscLsAeWh1eexrKFaqUwfwjnxsbEnWZ1DBv4dmn9kBcX27w8rLjysgr-NFr_pLiKdcB33rPrjVZG3IhUxyMdTqCJAgFJY8E2rq-avku/s1600/noche-miedo-cines-lys.jpg" height="240" width="320" /></a></div>
<span style="font-family: Verdana;">Todo lo anterior (la
biología y el aprendizaje de la gestión de la emoción) hace que cuando llegamos
a adultos, el “cómo” gestionemos el miedo no se diferencie mucho de cómo lo
aprendimos a gestionar de niños. La mayoría, con el paso de los años, utilizamos
las mismas estrategias que aprendimos de pequeñøs y las continuamos aplicando
al mundo “de los adultos”. En muchísimos casos<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>(siendo generosos) somos niñøs asustadøs atrapadøs en cuerpos de
adultos, intentando que no se nos note.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana;">Y vamos por el mundo
escondiéndonos de la confrontación para evitar que nos hagan daño, o no dejando
de hacer cosas temiendo el resultado,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>o
no dejando un momento de silencio, o encabalgando parejas para no sentir la
soledad, o asustando y amedrentando a los/las demás para demostrarnos que no
tenemos miedo.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana;">No es necesario que
aparezca un tigre que nos devore para sentir miedo. Muchísimas situaciones lo
generan; una cucaracha andando por el suelo generará desagrado, asco y… miedo
(en una pequeña proporción). Una confrontación con un superior para pedirle un
aumento de sueldo o una reducción horaria generará un miedo al conflicto, o a
la posibilidad de perder el trabajo. El miedo tiene toda una graduación: desde
las sensaciones de desagrado o pereza, hasta el terror o el pánico más extremo.
Entre uno y otro hay una línea de casi infinitos matices. El problema es que
como socialmente está mal visto tener miedo y, sólo identificamos como miedo
situaciones extremas. La realidad es que está mucho más presente de lo que nos
gustaría.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5rC1COeZbxubVDuTALj0UJXcg0r_-k3hMcmmOsVhAFgcWmgGDTcz1uITW00u9cn9YQvuvwaqQW0Olg4FSEf6tQfrLfoI6nWnXSbBV-c24mA6mxCr0cM2onaI__MXDQqZfmSg8Q_TAy2TO/s1600/unnamed.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5rC1COeZbxubVDuTALj0UJXcg0r_-k3hMcmmOsVhAFgcWmgGDTcz1uITW00u9cn9YQvuvwaqQW0Olg4FSEf6tQfrLfoI6nWnXSbBV-c24mA6mxCr0cM2onaI__MXDQqZfmSg8Q_TAy2TO/s1600/unnamed.jpg" height="320" width="320" /></a></div>
<span style="font-family: Verdana;">Tenemos miedo a fallar, a
hacerlo mal, a no actuar de manera correcta, a no ser suficientemente buenos/as,
a que nos hieran emocionalmente, a que nos dejen, nos critiquen, a no saber lo
suficiente, a que nos comparen y perdamos en la comparación, a que no nos vean,
miedo al silencio, a hacer daño, a que no se nos entienda, a que nos abandonen,
a perder, a no ser suficientemente algo (masculinøs, femeninøs, listøs, durøs,
divertidøs, inteligentes, sabiøs, …), miedo a perder el control, a ser malas
personas, a que nos rechacen, miedo a la soledad, a la muerte y, seguramente, a
decenas de cosas más que en este momento no se me ocurren.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana;">Si la gestión de ese
miedo<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no nos supone ninguna dificultad
en nuestro día a día, no hay ningún problema. El problema surge cuando ese
miedo nos coloca en una situación de dificultad, cuando no deja que seamos
nosotros/as mismos/as y nos a atenaza, nos paraliza y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>bloquea. Es aquí donde es importante la
intervención terapéutica. Y eso… lo dejamos para el siguiente post.</span><br />
<br />
<br />
<span style="font-family: Verdana;">. </span></div>
<div id="fb-root">
</div>
<script>(function(d, s, id) {
var js, fjs = d.getElementsByTagName(s)[0];
if (d.getElementById(id)) return;
js = d.createElement(s); js.id = id;
js.src = "//connect.facebook.net/es_ES/sdk.js#xfbml=1&version=v2.0";
fjs.parentNode.insertBefore(js, fjs);
}(document, 'script', 'facebook-jssdk'));</script>
<br />
<div class="fb-like" data-action="like" data-href="http://deshaciendoelnudo.blogspot.com.es/" data-layout="standard" data-share="true" data-show-faces="false" data-width="400">
</div>
Miguel Endrinohttp://www.blogger.com/profile/06623421789166694913noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2521361506710008123.post-68459194782899762792014-11-30T00:58:00.000+01:002014-11-30T21:03:09.380+01:00Cariño... tenemos que hablar (II)<span style="font-family: Verdana; font-size: 11.0pt;">Segunda Parte: La intervención terapéutica</span><br />
<br />
Y así es como llega la <b>pareja</b> a la sesión: con una sensación de que hay un <b>problema</b> grave que no son capaces de resolver. La terapia intenta que las parejas encuentren <b>soluciones</b>
a sus problemas dentro de su particular manera de funcionar, de ninguna
manera imponiendo la visión o los prejuicios del terapeuta. Como he
dicho antes son ellos los que definen su modelo de pareja.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgv1aEVUgvei_MpiiCqoFM6q_TJmyTYPBRWRkJlK8jis_DZkd4uWHjJJBBObH0byr3YQfAEwjycgCvf-oyw9mEadkcGX1MDrl8lzYOGc_vKNOinxnxXc0YRMaxws37tkHpdzWrZggbjJh8w/s1600/pareja.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgv1aEVUgvei_MpiiCqoFM6q_TJmyTYPBRWRkJlK8jis_DZkd4uWHjJJBBObH0byr3YQfAEwjycgCvf-oyw9mEadkcGX1MDrl8lzYOGc_vKNOinxnxXc0YRMaxws37tkHpdzWrZggbjJh8w/s1600/pareja.jpg" /></a>La <b>intervención</b> se plantea desde varios puntos. Antes que nada es importante dilucidar si ambos <b>quieren</b> seguir siendo pareja y cual es la motivación que les mueve al venir. Acudir a terapia de pareja no es sinónimo de <b>arreglar</b> nada. Es posible que durante la terapia nos demos cuenta que no <b>podemos</b> o <b>queremos</b>
continuar con el modelo que teníamos hasta el momento, o de darnos
cuenta que el proyecto que iniciamos con la otra persona no tiene
futuro, o ya no nos <b>satisface</b> o no lo queremos continuar o… A veces la mejor manera de continuar es aceptar la <b>ruptura</b> y si esta se produce en terapia se puede dar la oportunidad de cerrar la relación de una manera harmoniosa y <b>amorosa</b>. Una ruptura no debe ser tomada como un fracaso.<span id="more-597"></span><br />
<br />
Uno de los primeros objetivos es el de apoyar, <b>fomentar</b> o, en el caso de que esté deteriorada, <b>reestablecer</b> la <b>comunicación</b>.
Que ambos puedan expresar al otro cómo se sienten y qué necesitan en la
relación y a partir de aquí buscar acuerdos, negociaciones o soluciones
que sean satisfactorias para los dos. Restablecer la comunicación no es
solo hablar. Conlleva saber <b>escuchar</b> las <b>necesidades</b> del otro y poder expresar las <b>propias</b>.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGjjgrswmM8vM2qryjfq_KFaVFoXvvUSQ0ZuDX8M0mmiAWZXsyPjWeZuUujJH91kobf4bWL82XJesDyrxIxgQ38eGlYZydVvMiYcCDodltvicr9VvoWQ9hR4losar7e-AVBSBcCk_7YCDL/s1600/padres.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGjjgrswmM8vM2qryjfq_KFaVFoXvvUSQ0ZuDX8M0mmiAWZXsyPjWeZuUujJH91kobf4bWL82XJesDyrxIxgQ38eGlYZydVvMiYcCDodltvicr9VvoWQ9hR4losar7e-AVBSBcCk_7YCDL/s1600/padres.jpg" height="227" width="320" /></a>Otro objetivo que creo necesario es el de <b>explicitar</b>
y actualizar los acuerdos, condiciones y roles con los que se inició la
relación y los que en la actualidad existen, para poder llegar a una
mayor <b>claridad</b> sobre lo que la pareja me aporta, lo que yo <b>aporto</b> y si estas condiciones nos satisfacen, las queremos mantener, <b>cambiar</b> o eliminar.<br />
<br />
Paralelamente se plantea el trabajo <b>individual</b> de ambos, ya que la <b>pareja</b>, como cualquier otra relación, es un punto de <b>encuentro</b> con lo externo, con el “otro”. A esa relación llegamos cargados de nuestras expectativas, valores, deseos y necesida
des; pero también llegamos con nuestros <b>miedos</b>, exigencias y <b>manipulaciones</b>.
Es importante también cierto trabajo individual donde podamos darnos
cuenta más claramente de cómo nos relacionamos con nosotros mismos (cómo
nos vemos, cuáles son nuestras carencias, nuestros puntos fuertes) y
cómo influye eso en el otro y en la relación. <b>Cómo</b>, cuando y de qué manera <b>damos</b>, pedimos, <b>recibimos</b>, <b>dañamos</b> y en qué momento nos hacen daño. <br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9zH-jmwGCcnujjyP8WTBS46cTYbOoSluT3Cj6Lb6cGlq06uO-vfTZtIPH1Zl5YUhKsO51eUS9Ue1ATNkHAYRLJnQolEpZbj7ThPoujTwnX6gYtw0Y7h0gKk48MzJodFqRVr4kW2BzYi1f/s1600/tu-y-yo.jpg-775856-300x300.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9zH-jmwGCcnujjyP8WTBS46cTYbOoSluT3Cj6Lb6cGlq06uO-vfTZtIPH1Zl5YUhKsO51eUS9Ue1ATNkHAYRLJnQolEpZbj7ThPoujTwnX6gYtw0Y7h0gKk48MzJodFqRVr4kW2BzYi1f/s1600/tu-y-yo.jpg-775856-300x300.jpg" height="200" width="200" /></a>También es habitual la utilización de <b>juegos</b>
o ejercicios para hacer durante la semana o semanas que hay entre
sesiones, siempre lo más adaptados a las necesidades de la pareja
(dinámicas para favorecer la <b>comunicación</b>, técnicas de <b>asertividad</b>, juegos para movilizar lo agresivo sin dañar al otro o juegos <b>eróticos</b>), ya que el cambio sobre todo se da fuera de la consulta y requiere de cierta actitud y constancia.<br />
<br />
Por último me gustaría decir que mas allá de solucionar una <b>crisis</b>, la función de la terapia es dotar a los integrantes de la pareja de <b>herramientas</b> para que puedan encarar el futuro. Para que puedan <b>decidir</b> lo más <b>libremente</b>
posible si quieren estar con esa persona y cómo quieren estar. Tener
herramientas para poder afrontar los cambios que la pareja toma con el
paso del tiempo o, en última instancia y si eso es lo que queremos,
poder decidir que la <b>relación</b> ha llegado a su fin.<br />
<br />
. <br />
<div id="fb-root">
</div>
<script>(function(d, s, id) {
var js, fjs = d.getElementsByTagName(s)[0];
if (d.getElementById(id)) return;
js = d.createElement(s); js.id = id;
js.src = "//connect.facebook.net/es_ES/sdk.js#xfbml=1&version=v2.0";
fjs.parentNode.insertBefore(js, fjs);
}(document, 'script', 'facebook-jssdk'));</script>
<div id="fb-root">
</div>
<script>(function(d, s, id) {
var js, fjs = d.getElementsByTagName(s)[0];
if (d.getElementById(id)) return;
js = d.createElement(s); js.id = id;
js.src = "//connect.facebook.net/es_ES/sdk.js#xfbml=1&version=v2.0";
fjs.parentNode.insertBefore(js, fjs);
}(document, 'script', 'facebook-jssdk'));</script>Miguel Endrinohttp://www.blogger.com/profile/06623421789166694913noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2521361506710008123.post-10642376547944063742014-02-25T22:48:00.001+01:002014-03-03T14:09:43.989+01:00Cariño...Tenemos que hablarPrimera parte: La pareja y el conflicto<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIs-4U5qIafDgp8FY_oQw3m-S4pdLiseyxpIeJQQ7eaokhqa160zco76j7hqQfiEpdfeKmE7vc4hW2DqZQHT2TqJFYqySvUry9J4eB1FH9-d8_Kb2FgEMX24xF8YVlsUhNo6fHyDO58Eko/s1600/alejamiento.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIs-4U5qIafDgp8FY_oQw3m-S4pdLiseyxpIeJQQ7eaokhqa160zco76j7hqQfiEpdfeKmE7vc4hW2DqZQHT2TqJFYqySvUry9J4eB1FH9-d8_Kb2FgEMX24xF8YVlsUhNo6fHyDO58Eko/s1600/alejamiento.jpg" /></a></div>
¿Quién no ha escuchado
esa frase y se ha puesto a temblar? Yo sí, y la he escuchado o dicho,
cuando en mi relación de pareja algo ha estado yendo mal durante un
tiempo y uno de los dos ha puesto de manifiesto su incomodidad o
cansancio con una situación. Unas veces (la mayoría) el tema a tratar
serán las cuestiones relacionadas con los ajustes normales en toda
relación cosas tan sencillas como <b>renegociar</b> quién lava
la ropa o saca el perro a pasear. Otras veces los temas a tratar serán
más importantes y pueden estar incluidas desde la educación
de los hijos a la gestión económica y, por último nos encontramos ante
aquellas situaciones en las que se ha llegado a un punto tal que la <b>relación</b> ya está seriamente dañada o uno de los integrantes ya no puede más.<br />
Todos tenemos una necesidad de <b>pertenencia</b>, de establecer <b>vínculos</b>, de sentirnos parte de algo que nos aporte seguridad, <b>reconocimiento</b> y <b>cariño</b>.
En la mayoría de casos, en nuestra sociedad, la pareja es ese vínculo,
esa relación. La pareja, desde mi punto de vista, es el vínculo entre
dos personas que deciden tener un proyecto común en el tiempo en el que
hay cabida para la amistad, el compromiso y el <b>sexo</b>. El
contenido y la forma de ese vínculo es lo que nos toca definir a cada
uno de nosotros.<br />
<br />
Es decir; no hay una manera de entender la <b>pareja</b>, sino que cada pareja decide cómo quiere que sea su <b>proyecto</b>:
cuánto tiempo quieren estar juntos, de qué manera y cuántas veces se
van a ver, objetivos de la relación, compromisos de uno y otro, <b>límites</b>,
motivos de ruptura, maneras de relacionarse con las familias de ambos,
si van a tener descendencia…. Y así podíamos estirar la lista hasta casi
el infinito.<br />
<br />
<a href="http://aidamterapia.com/blog/wp-content/uploads/2014/02/celos-404x300.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img alt="" border="0" class=" wp-image-561 alignright" data-mce-src="http://aidamterapia.com/blog/wp-content/uploads/2014/02/celos-404x300.jpg" src="http://aidamterapia.com/blog/wp-content/uploads/2014/02/celos-404x300.jpg" height="210" title="Adios al amor" width="283" /></a>Generalmente este listado es un “contrato” no <b>explicitado</b>
en muchos de sus aspectos. Lo que nos lleva a que cada miembro de la
pareja tenga una idea de cómo debe ser ésta; idea que en algunos casos
no se ha contrastado con la otra persona. Quizás, para algunas personas,
especificar tanto sea visto como algo “poco romántico” (el/ella debería
hacer esto/saber esto si me quiere) pero en la pareja considero que es
importantísimo separar los <b>ideales</b>, lo que nos gustaría
con lo que en realidad tenemos y la pareja nos proporciona. De esta
manera evitaríamos más de un mal entendido y esto nos aportará más <b>tranquilidad</b> o en su caso mayor <b>claridad</b> sobre los <b>límites</b> y condiciones de la relación<br />
<br />
La relación de pareja <b>cambia</b> y pasa por diferentes momentos y etapas. No es lo mismo la <b>problemática</b>
que podemos encontrar en una pareja que se acaba de formar y que está
empezando a sentar las bases de cómo va a ser su relación que la que
encontraremos en unos recién <b>casados</b>, en una pareja que ha tenido <b>hijos</b>, en una que no los puede tener, en otra que los hijos marchan de casa o en una que sus miembros llegan a la <b>jubilación</b> o la que llega a la <b>vejez</b>.<br />
<br />
<a href="http://aidamterapia.com/blog/wp-content/uploads/2014/02/transSex11-450x300.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="transSex11" border="0" class="alignleft wp-image-564" data-mce-src="http://aidamterapia.com/blog/wp-content/uploads/2014/02/transSex11-450x300.jpg" src="http://aidamterapia.com/blog/wp-content/uploads/2014/02/transSex11-450x300.jpg" height="180" width="270" /></a>En muchos los momentos de la relación surge el <b>conflicto</b>,
continuamente se tienen que dar ajustes en la pareja y cada vez que se
tiene que hacer un ajuste puede aparecer un conflicto. Un conflicto no
es más que una <b>problemática</b> que surge en este caso de dos opiniones o posturas diferentes y en apariencia muy <b>distantes</b>. El conflicto no es más que una expresión de la relación y en sí no es ningún problema. El problema es la manera de <b>enfrentar</b> y resolver los <b>conflictos</b>: ¿se negocia y se llega a <b>acuerdos</b>?, ¿el conflicto provoca enfrentamiento en la pareja y tiene que haber un <b>vencedor</b> y un perdedor?, ¿se arrinconan los conflictos y se espera que se <b>resuelvan</b> <b>solos</b>?, ¿culpamos al otro?<br />
<br />
En la mayoría de casos, cuando una pareja toma la decisión de acudir a <b>terapia de pareja</b> no es por un asesoramiento sobre cómo gestionar algún problema <b>puntual</b> de la vida cotidiana sino por que ve peligrar seriamente el <b>futuro</b> de la relación.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://aidamterapia.com/blog/wp-content/uploads/2014/02/70497_mujer-490x263.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img alt="Distancia" border="0" class="wp-image-562 alignright" data-mce-src="http://aidamterapia.com/blog/wp-content/uploads/2014/02/70497_mujer-490x263.jpg" src="http://aidamterapia.com/blog/wp-content/uploads/2014/02/70497_mujer-490x263.jpg" height="158" title="Distancia" width="294" /></a></div>
Estos son algunos de los <b>conflictos</b>, que <b>mal gestionados</b> suelen llevar a que la pareja se desestabilice y entre en <b>crisis</b>: dificultades económicas, <b>infidelidades</b>, desacuerdos en la educación de los hijos, intromisión en la pareja de la familia/s, <b>rutina</b>, mentiras, <b>celos</b>, implicación en las <b>tareas</b> de casa, <b>peleas</b>, el fin de un <b>proyecto</b> en común, la diferente evolución de los cónyuges a lo largo de los años, <b>emancipación</b> de los hijos, <b>expectativas</b> demasiado altas sobre el otro, <b>enfermedades</b>, jubilación….<br />
<br />
Y así es como llega la pareja a la sesión: con una sensación de que hay un <b>problema</b> grave que no son capaces de resolver. La terapia intenta que las parejas encuentren <b>soluciones</b>
a sus problemas dentro de su particular manera de funcionar, de
ninguna manera imponiendo la visión o los prejuicios del terapeuta. Como
he dicho antes son ellos los que definen su <b>modelo</b> de pareja.<br />
<br />
Hasta
aquí la primera parte de este post. La semana que viene continuaremos
con el trabajo terapéutico que se realiza en en estos casos.Miguel Endrinohttp://www.blogger.com/profile/06623421789166694913noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2521361506710008123.post-74012113158184371932013-07-10T18:07:00.001+02:002014-03-03T14:07:33.351+01:00Poniendo límites II<br />
2ª Parte:<b> Mostrándonos al mundo</b><br />
<br />
Esta semana queremos compartir el segundo post dedicado a algo siempre complicado en nuestro día a día: los límites.<br />
<br />
El hecho de poner límites tendemos a verlo casi siempre desde la
perspectiva de la protección. Los relacionamos con decir que no, con la
posibilidad de <b>evitar</b> que nos hagan daño, que nos <b>invadan</b>, que nos <b>agredan</b>.<br />
<br />
En esta ocasión vamos a intentar poner la mirada en el lado opuesto.
Más que en el beneficio inmediato que poner un límite nos puede aportar,
nos centraremos en mostrar las posibilidades que se nos abren al
ponerlos. Cuando establecemos claramente un límite y éste está basado en
una necesidad, nos estamos protegiendo. Si sabemos qué es lo que no
queremos para nosotros, qué es lo que nos hace daño, nos disgusta,
agrede o avergüenza; también, haciendo un pequeño giro podremos
descubrir lo que queremos para nosotros, lo que nos gusta, nos sienta
bien, nos proporciona placer, nos alegra o nos produce ternura. Visto de
esta manera los límites nos ponen en contacto con lo que necesitamos y
nos dan la oportunidad de <b>pedir</b>, de <b>dar</b>, de <b>recibir</b> y, en última instancia, <b>mostrarnos</b> al mundo <b>tal como somos</b>.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgaeqY8KVtcLQNdAUjWhP75YQjfykG3z6HLKQdz7NNGzA_Y7M2lXMgA1HagiWYwWFmALhYVtFEb4dEWQK7hBOHzLIlgfqCvrIDQ5IAHh7JxHezyupCOxFQT8UxCgYBeEsYDQvIBQxgcSAAf/s1600/identidad1.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgaeqY8KVtcLQNdAUjWhP75YQjfykG3z6HLKQdz7NNGzA_Y7M2lXMgA1HagiWYwWFmALhYVtFEb4dEWQK7hBOHzLIlgfqCvrIDQ5IAHh7JxHezyupCOxFQT8UxCgYBeEsYDQvIBQxgcSAAf/s1600/identidad1.jpg" height="239" width="320" /></a>Pedir, dar y recibir merecen ser tratadas con cariño y extensión, así
que en breve cada una de estas acciones tendrá su respectiva entrada en
el blog. El de hoy irá dedicado al “mostrarse” y lo que nos implica.<br />
<br />
¿Qué significa eso de “<b>mostrarse</b>”?<br />
<br />
Mostrar(nos)
es un concepto muy amplio que incluiría cualquier acción que nos haga
interactuar en un entorno con más personas. Mostrarnos es saludar al
vecino, dar nuestra opinión en una conversación de trabajo o expresar
que tenemos miedo. Es defender un ideal o callarnos cuando no queremos
llamar la atención.<br />
Hagamos lo que hagamos nos mostramos, incluso cuando
intentamos no hacerlo: escondernos o intentar pasar desapercibidos
también es una forma de mostrarnos en nuestro entorno (de
no-mostrarnos). El sentido que le queremos dar aquí es el de dejar que
nos vean de manera <b>real</b>, <b>integral</b>, tal como somos, de una manera que <b>incluya</b>
tanto los aspectos con los que nos gusta identificarnos como los que
nos resultan incómodos o desagradables que, no lo olvidemos, son <b>parte</b> de <b>nosotros</b>.<br />
<span id="more-526"></span><br />
El mostrarse va íntimamente <b>relacionado</b> con la <b>dignidad</b>
de ser. Con reconocernos como personas dignas de ser como somos y de
sentir como sentimos más allá de lo que “deberíamos” ser. Como ya he
dicho en otras ocasiones, un núcleo del trabajo terapéutico es que la
persona recupere el sentimiento de dignidad, de aceptación hacia lo que
ella es, siente y necesita.<br />
<br />
Mostrarnos es uno de las acciones más difíciles y arriesgadas a las
que tenemos que enfrentarnos en el día a día de nuestras relaciones.
Mostrarnos quiere decir <b>dejar</b> que los otros <b>nos vean</b>
como realmente somos, dejar de lado las máscaras que lucimos en nuestro
día a día. Máscaras de fortaleza, seguridad, control, dominio,
serenidad, competencia, diversión, capacidad, audacia y cualquier otra
característica que nuestra sociedad valore como positiva y nosotros
creamos que debemos lucir.<br />
<br />
El
hecho de que lo consideremos una acción arriesgada es por que
mostrándonos al otro, abriéndonos, le hacemos partícipe de lo que
queremos, deseamos o simplemente manifestamos nuestro punto de vista a
la vez que también le estamos dejando ver nuestra vulnerabilidad,
nuestras limitaciones, nuestros miedos o nuestro dolor. Nos quitamos las
máscaras y, no nos engañemos, enfrentarse al mundo sin <b>máscaras</b> produce <b>miedo</b>.<br />
<br />
<a href="http://aidamterapia.com/blog/wp-content/uploads/2013/07/identidad_160710-384x300.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="identidad" border="0" class="alignleft wp-image-541" src="http://aidamterapia.com/blog/wp-content/uploads/2013/07/identidad_160710-384x300.jpg" height="180" width="230" /></a>¿Miedo a qué?. Miedo al rechazo, a sentirnos torpes, aburridos,
imperfectos, incapaces, vulnerables, incompetentes. A que si el otro ve
esa parte de nosotros nos abandone, o agreda; miedo a sentirnos
agredidos o heridos, a que utilicen lo que ven en nuestra contra. Miedo,
en definitiva, a sentirnos <b>avergonzados</b> de <b>cómo somos.</b><br />
<br />
¿Qué ocurre cuando nos ven, cuando damos la oportunidad de que nos
vean realmente como somos, cuando nos mostramos? ¿Qué ocurre cuando
caminamos por esa fina línea en la que nos arriesgamos a sentir dolor, a
ser rechazados?<br />
<br />
En primer lugar puede ocurrir que se satisfagan nuestras de
necesidades. Como ya dijimos en el anterior post, si contactamos con la
propia necesidad, respetándola y expresándola, podemos pedir o <b>ir</b> en busca de lo que realmente <b>necesitamos</b>.
De esta manera la necesidad se muestra de manera clara. Podemos reducir
entonces las manipulaciones que se suelen dar si no asumimos o no nos
damos cuenta de lo que necesitamos. Con manipulaciones nos referimos a
todo lo que hacemos (y el <b>esfuerzo</b> que invertimos) en
dar vueltas para no pedir algo claramente: Cuidar al otro cuando en
realidad necesitamos que nos cuiden a nosotros, pedir de forma indirecta
(cariño, ¿no tienes frío? En vez de decir “tengo frío, puedes traer una
manta?”), o esperar que el otro nos lea la mente de manera mágica y
adivine lo que en ese momento necesitamos. En resumen; si nuestra
necesidad la percibimos y expresamos con claridad aumenta (y de qué
manera) la <b>posibilidad</b> de que se <b>satisfaga</b>.<br />
<br />
<a href="http://aidamterapia.com/blog/wp-content/uploads/2013/07/ayuda-desenmascarar-L-1-253x300.jpeg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img alt="desenmascara" border="0" class="size-medium wp-image-527 alignright" src="http://aidamterapia.com/blog/wp-content/uploads/2013/07/ayuda-desenmascarar-L-1-253x300.jpeg" height="300" width="253" /></a>Mostrando realmente cómo somos y qué necesitamos nos <b>abrimos</b> al <b>contacto real</b> con el <b>otro</b>. Cuando eso ocurre se convierte en un momento <b>único</b>
donde el otro nos ve tal como somos y nos puede querer y apreciar por
eso, por lo que somos, no por lo que aparentamos o queremos ser. Poder
vivir ese amor incondicional hacia nuestra persona, sentirnos plenamente
<b>aceptados</b> y queridos sin tener que hacer o demostrar
nada, sólo por el hecho de ser nosotros mismos es una de las
experiencias más gratificantes y emocionantes que se pueden tener. A la
vez que si a otra persona hace lo propio, se produce un encuentro real
entre dos personas. Un encuentro donde cada uno está en contacto consigo
mismo y a la vez con el otro. Un momento real y <b>único</b>.<br />
<br />
El resultado de mostrarnos, de aceptar cómo somos y qué necesitamos,
hace que nos vayamos relacionando de una manera diferente con nuestro
entorno, cada vez más en igualdad de condiciones, con una mayor
seguridad, con un mayor sentimiento de <b>dignidad</b> y como resultado una mayor <b>paz</b> y tranquilidad ante la vida.<br />
El límite en definitiva, pone de manifiesto nuestra humanidad y, nuestra humanidad nos muestra a nosotros y al mundo que <b>no</b> somos <b>perfectos</b>,
que no podemos con todo ni somos culpables, responsables de todo lo que
ocurre a nuestro alrededor. El límite nos sitúa en nuestro lugar y a la
vez que nos permite empezar mostrarnos como somos también nos permite
ver al otro como alguien que existe, que siente y que toma sus propias
decisiones, otorgándole también una medida más <b>real</b>. Pero esto es ya tema para el siguiente post.Miguel Endrinohttp://www.blogger.com/profile/06623421789166694913noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2521361506710008123.post-76615495199095315392013-06-03T10:44:00.000+02:002014-11-30T01:35:05.232+01:00Poniendo Límites. I<br />
1ª Parte :<b> El respeto a la propia necesidad.</b><br />
<br />
Un <b>límite</b> es una línea real o imaginaria que separa
dos cosas, una frontera, un tope. Así lo podemos definir en lo material
(una valla, una frontera, una señal de peligro) y también en el campo
emocional y relacional.<br />
<br />
El tema de poner límites es más complejo de lo que en inicio parece.
“No es tan complicado, solo hay que decir que no o decir basta”. Pues
no, no es tan fácil. En el complicado mundo de las relaciones,
establecer límites nos confronta con nosotros mismos y con los demás. Si
no escuchamos la propia necesidad a veces nos pasamos poniéndolos, o
los ponemos muy lejos (con lo cual nos aislamos) o son demasiado
rígidos, o no los dejamos claros y con ello provocamos confusión o
directamente no los ponemos o….Si nos relacionamos constantemente
estamos poniendo, quitando, cambiando y moviendo límites en nosotros
mismos y con quien nos relacionamos.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuuJERdvXI0rsGPvN-qgPiqHLfFrdnjioK29hxPCwfDnWHXEK8Pg5fjyLH6RoSZnc_oCRGRpcpyx9db-Dc9HGkRs3Z8CknYFdPs_8Mtyjvm6lEuhbARaZF9pfwBW6FYNlX47bwQ1G12KUP/s1600/Mae_bebe_1_-398x300.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuuJERdvXI0rsGPvN-qgPiqHLfFrdnjioK29hxPCwfDnWHXEK8Pg5fjyLH6RoSZnc_oCRGRpcpyx9db-Dc9HGkRs3Z8CknYFdPs_8Mtyjvm6lEuhbARaZF9pfwBW6FYNlX47bwQ1G12KUP/s1600/Mae_bebe_1_-398x300.jpg" height="241" width="320" /></a></div>
Los primeros límites se nos empiezan a poner en la más tierna infancia cuando se nos dice “<b>no</b>”.
Cuando nuestros padres o educadores nos ponen un límite y no nos
permiten hacer alguna cosa (aparte de fastidiarnos enormemente) están
formando nuestra <b>personalidad</b>. Cuando al
niño se le pone un límite se establecen las bases para que entienda que
él no es omnipotente, que no lo es todo ni lo puede tener o hacer todo.
Al poner un límite al niño, la persona que se lo pone le está diciendo “<b>yo también existo</b>”,
es decir, hay más cosas aparte de ti. En la educación de un hijo poner
límites puede significar en un acto de amor y cuidado (que la gran
mayoría de veces requiere de aplomo, perseverancia y resistencia a los
más que probables lamentos o lloros del pequeño) ya que se van asentando
las bases para que el niño pueda sostener la <b>frustración</b>. Los límites son una guía donde el niño se sustenta y, con ellos, se le está enseñando a “<b>ver al otro</b>”
y a través de ello desarrollar la empatía. Pero este no va a ser un
post sobre la importancia de los límites en la infancia, sino que quiere
tratar de cómo nos afecta a los adultos. <br />
<span id="more-504"></span><br />
Antes de poner un límite<br />
<br />
En primer lugar poner un límite nos exige un trabajo previo de “<b>darnos cuenta</b>”.
Es complicado que digamos basta, digamos no o esto me molesta de una
manera que nos haga bien si no hemos tenido en cuenta nuestras propias
necesidades; si no sabemos qué es lo que nos perjudica, nos hace daño o
nos disgusta o, en el lado contrario; qué es lo que queremos, cómo lo
queremos, que nos agrada, qué nos hace bien, qué cosas nos alegran…<br />
<br />
En este primer punto ya empiezan a aparecer los problemas. Un gran número de personas llegan a la edad adulta con muy poca <b>atención</b> a sus propias <b>necesidades</b>. Son (somos, me incluyo en este grupo) personas que han asumido por uno u otro motivo que sus necesidades o emociones <b>no</b> son demasiado <b>importantes</b>,
personas que dudamos de lo que sentimos o incluso que podemos llegar a
pensar que lo que sentimos o necesitamos no es bueno. Estas maneras de
hacer son mucho más habituales de lo que en principio podríamos pensar.
Es en la infancia, hasta los 8 o 10 años que se fijan estas creencias.
Son el resultado actitudes continuadas sobre el niño, que deja una
huella dependiendo de la intensidad con la que se den (pueden ir desde
actitudes paternas sutiles a comportamientos agresivos y degradantes).<br />
<br />
Pondré unos ejemplos: Es difícil que un niño aprenda a valorar y a percibir sus necesidades si ha sido educado en la <b>exigencia</b> y en lo que “<b>debería ser</b>” más que en lo que realmente el niño “es” o necesita.<br />
<br />
<a href="http://aidamterapia.com/blog/wp-content/uploads/2013/05/6739590157087123-248x300.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img alt="salto al vacío" border="0" class="alignright size-medium wp-image-506" src="http://aidamterapia.com/blog/wp-content/uploads/2013/05/6739590157087123-248x300.jpg" height="300" width="248" /></a>También es difícil que el niño confíe en lo que siente si ha habido
una tendencia a exigirle siempre más y se ha tendido a remarcar los
errores y lo mal que hace las cosas, si las <b>expectativas</b> de los padres han sido <b>desmesuradas</b>,
si nunca ha recibido un feedback positivo cuando ha hecho bien las
cosas, si ha sentido que no se le ha apoyado desarrollará una sensación
de duda ante las propias capacidades y tenderá en muchos casos a buscar
la <b>confirmación</b> <b>externa</b> más que a fiarse de su propio criterio.<br />
<br />
Existen
también muchos niños a los cuales se les ha dado a entender (o incluso
en algunos casos, se les ha dicho abierta y sistemáticamente) que son <b>tontos</b>,
no saben o son incapaces de hacer las cosas bien y/o que lo que sienten
carece de valor. En este caso es bastante evidente que duden de sus
propias capacidades.<br />
<br />
Si estamos en alguno de los anteriores casos; si por el motivo que
sea desconfiamos o no sabemos bien lo que queremos, es importante que
podamos atrevernos a ir descubriendo qué necesitamos y qué nos hace
daño. En el trabajo con terapia siempre considero que la propia persona
es el termómetro de lo que necesita. Es importante que la persona tome
cierta distancia cuando esté en una situación en la que tenga que poner
un límite (distancia física y/o simplemente tomarse algo de tiempo para
decidir) y pueda <b>valorar</b> si quiere o no quiere algo, si le <b>gusta</b> o no y, sobre todo que poco a poco se vaya <b>arriesgando</b> a <b>confiar</b> en que lo que siente o necesita está bien, que lo que siente es digno de ser experimentado. Nuestra vida tiene <b>sentido</b> en cuanto la vivimos como nos gusta vivirla, no como a otros les gustaría que fuera.Miguel Endrinohttp://www.blogger.com/profile/06623421789166694913noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2521361506710008123.post-43044288744966017992013-02-25T12:13:00.000+01:002014-03-03T14:12:27.673+01:00Sobre la vulnerabilidad<br />
<b>Vulnerable. </b>(Del lat. <i>vulnerabĭlis</i>).<br />
<ol>
<li><b>1. </b>adj. Que puede ser herido o recibir lesión, física o moralmente.</li>
</ol>
Y
llega el día en que en una sesión de terapia surge el tema de la
vulnerabilidad y cómo nos relacionamos con ella, qué nos despierta, qué
significado adquiere para nosotros.<br />
<br />
En muchos casos (y casi
siempre por parte del sector masculino) la respuesta es una cara de
susto o disgusto. E inmediatamente contestamos que nos parece, como
poco, desagradable, que nos asusta, que nos disgusta tenerla aunque sea
inevitable o, en algunos casos, que no tenemos de eso.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjke3SRZlUF4ATPZFqqEG50D5sHJVSHRoYqWKefVOma7bMZ5G4_5oWxJasvePbBWlS2GRoFGz4HhS8EsxdqoV-eOmOohkMsDpYerG5JJl2h1-z4hkeI8fNvPYaRq51qdRkW6LF65Z8Z5N0q/s1600/Vulnerabilidad2.jpeg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjke3SRZlUF4ATPZFqqEG50D5sHJVSHRoYqWKefVOma7bMZ5G4_5oWxJasvePbBWlS2GRoFGz4HhS8EsxdqoV-eOmOohkMsDpYerG5JJl2h1-z4hkeI8fNvPYaRq51qdRkW6LF65Z8Z5N0q/s1600/Vulnerabilidad2.jpeg" height="320" width="320" /></a>Vulnerabilidad nos suena a <b>debilidad</b>, fragilidad. Es un estado que inmediatamente nos contacta con el <b>miedo</b>; sobre todo a los que poseemos caracteres controladores u orientados a la acción.<br />
<br />
En
nuestra sociedad estamos educados en la protección de nuestra
individualidad. El mundo es agresivo y hostil, así pues abrirnos
emocionalmente a los otros nos enfrenta a la posibilidad de que nos
hagan daño y de movernos en un espacio incómodo donde no podemos
controlar lo que ocurrirá.<br />
<br />
La
posibilidad de reconocer qué circunstancias o situaciones nos hacen
vulnerables también nos enfrenta a la idea de fracaso en los que vamos
(me incluyo) por la vida de “Juan Palomo”; los de “yo puedo con todo”.
En este caso aceptar que somos vulnerables nos enfrenta a que “quizás”
necesitemos ayuda de los <b>demás</b>, que no somos tan independientes como nos creemos, tan fuertes o invulnerables como nos gustaría ser.<br />
<br />
<img alt="" class="mceWPmore mceItemNoResize" data-mce-src="http://aidamterapia.com/blog/wp-includes/js/tinymce/plugins/wordpress/img/trans.gif" src="http://aidamterapia.com/blog/wp-includes/js/tinymce/plugins/wordpress/img/trans.gif" title="Més..." /><br />
Es
por eso que nos desagrada tanto y es por eso que el contacto y la
aceptación de la vulnerabilidad requiere cierta dosis de coraje y
voluntad; ya que atenta sobre todo contra nuestra autoimagen, contra lo
que “deberíamos ser”. Cada uno de nosotros tiene una imagen bastante
clara de lo que “debería ser”. Debemos ser fuertes, autónomos, seguros,
independientes, eficaces, inteligentes, serviciales, amables, buenos,
capaces, divertidos o confiables a toda costa, siempre y en todo
momento. La vulnerabilidad también nos conecta con la posibilidad de que
no siempre podemos ser así, que hay momentos de cansancio, de
desfallecimiento, de necesitar que nos cuiden.<br />
<br />
En resumen; la vulnerabilidad nos enfrenta al miedo a que nos hagan <b>daño</b>, al <b>fracaso</b>
y a la posibilidad de que no somos “tan…” como nos creíamos. Pero
también nos pone en contacto con la vergüenza y la culpa. Nos sentimos
avergonzados por hacer o sentir algo que no “<b>deberíamos</b>”
hacer o sentir: “los hombres no lloran”, “qué pensarán si ven que no
puedo”, “no está bien sentir tristeza”, “sentir esto que estoy sintiendo
no está bien”, “no debería necesitar ayuda”…<br />
<br />
Así que es necesaria
cierta dosis de valentía y perseverancia para contactar con esa parte
tan necesaria. ¿Necesaria para que? Si hasta ahora todo lo escrito
parece negativo y doloroso. Básicamente es necesaria porque nos hace
darnos cuenta de lo que nos daña y nos pone en contacto con qué es lo
que necesito, qué es lo que me hace bien.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://aidamterapia.com/blog/wp-content/uploads/2013/02/abrazo-285x300.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" border="0" class="alignright size-medium wp-image-473" data-mce-src="http://aidamterapia.com/blog/wp-content/uploads/2013/02/abrazo-285x300.jpg" src="http://aidamterapia.com/blog/wp-content/uploads/2013/02/abrazo-285x300.jpg" height="300" title="abrazo" width="285" /></a></div>
El
hecho de poder cambiar una situación que nos está haciendo daño
conlleva primero aceptar que nos pueden hacer daño para después
identificar qué es lo que nos hace daño y desde aquí poder establecer un
<b> límite </b>para poder decir que no a una petición, a una situación, a una
agresión. Si nos consideramos invulnerables, si no contactamos con
nuestros propios límites, con lo que nos hace daño no calibramos el
impacto que las interacciones con los demás tienen en nosotros. Es
posible que estemos siendo dañados y no nos demos cuenta, es posible que
nos dejemos invadir por el otro y nos sintamos molestos por no saber
decir que no y no lleguemos a saber qué nos molesta o nos invade. . Nos
ayuda a identificar qué nos daña. Si identificamos qué nos daña, por
elinación también sabemos que nos hace bien y también nos da la
posibilidad de establecer límites de lo que no queremos o nos daña.<br />
<br />
Por
lo tanto la vulnerabilidad va unida a la <b>autenticidad</b>, a la posibilidad
de que establezcamos relaciones más <b>reales</b>, menos teñidas por el miedo.
Nos hace más <b>cercanos </b>y <b>accesibles</b>, más <b>humanos</b>. Nos da la posibilidad
de experimentar nuevas maneras de relacionarnos, confiando y abriéndonos
a los demás. Puede que así incluso nos llevemos la sorpresa de que
puede que nos acojan y acompañen. En el peor de los casos, nos daremos
cuenta de que somos capaces de sostenernos en el dolor y la tristeza.<br />
<br />
Poder
mostrarse vulnerable puede ser muy <b>liberador</b>, ya que nos permite soltar
nuestras corazas y defensas, que tan pesadas y agotadoras resultan.<br />
<br />
A
partir de aquí, cuando vemos lo que hay, cuando vemos lo que somos y
cómo somos se abre el camino incierto de aceptar cómo somos. De
querernos tal y como somos, de sentirnos <b>dignos </b>de ser así. De
atrevernos a mostrarnos a los otros tal y como somos; cada vez con menos
máscaras; intentando manipular cada vez menos. Confiando en que seremos
queridos y aceptados y asumiendo que podemos ser rechazados o no gustar
o no ser queridos…. Sin que por ello dejemos de ser dignos de ser quien
somos.Miguel Endrinohttp://www.blogger.com/profile/06623421789166694913noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2521361506710008123.post-4048989058661345502012-05-16T12:47:00.000+02:002012-08-31T13:18:42.123+02:00Qué es eso que siento? Identificando la emoción<br />
Somos seres humanos, somos <strong>seres emocionales</strong>. En los últimos años se está cambiando la concepción de que ante todo éramos “racionales”, para llegar a una idea totalmente opuesta. Lo racional ocupa alrededor de un 10% de nuestra actividad. El resto son procesos que escapan en gran parte a nuestro control: automatismos, aprendizajes, sensaciones, emociones…<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgf_nio7P2Z2vBNJdbNNiKMYp94WeW7GoRUOC5j3a8eCCe5zX1NwN94idAMdrvpNPvxaJYhHnMiS84Ap2VFaVRCRUn2MQkBt5iceG5mE_9SbIfK8vx-IEuGi1LF9nqNTm4P5Z71IfGec6UW/s1600/emoticonos.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" fea="true" height="194" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgf_nio7P2Z2vBNJdbNNiKMYp94WeW7GoRUOC5j3a8eCCe5zX1NwN94idAMdrvpNPvxaJYhHnMiS84Ap2VFaVRCRUn2MQkBt5iceG5mE_9SbIfK8vx-IEuGi1LF9nqNTm4P5Z71IfGec6UW/s320/emoticonos.jpg" width="320" /></a></div>
Si tomamos las emociones como procesos bioquímicos, literalmente estamos bañados en emociones. Por nuestro interior circula una sopa emocional constituida por impulsos eléctricos, neurotransmisores, hormonas…. La emoción no es algo que ocurra en ciertos momentos de nuestra vida, algo aislado sin conexión; al contrario, la emoción es un continuo que va variando de forma e intensidad. Siempre, en todo momento existe en nosotros una (o más de una) emoción. Cada acción, sensación o pensamiento tiene asociada una emoción, así que, por mucho que queramos (o creamos que lo podemos hacer) no podemos sólo pensar o actuar. Nuestra vida es un continuo formado por percepción – sensación – emoción – acción – pensamiento y las relaciones que se producen entre los anteriores. Mirado así, las posibilidades entonces se vuelven infinitas.<span id="more-329"></span><br />
De las emociones me gustaría resaltar algunas características:<br />
<ul>
<li>Van vinculadas a <strong>toda</strong> sensación, acción y pensamiento que tengamos.</li>
<li>A través de ellas nos <strong>reconocemos</strong> nosotros mismos. El hecho de cómo nos vemos, nos relacionamos con nosotros, los adjetivos que nos damos, cómo nos percibimos; llevan inevitablemente asociadas emociones</li>
<li> Son nuestro puente con el mundo, es decir, la emoción es una vivencia totalmente propia e interna que surge en la <strong>interacción</strong> entre nosotros y el mundo exterior. Valoramos, juzgamos, ansiamos, queremos, tememos, anhelamos el mundo externo a través de nuestras emociones. Transformamos el mundo, interactuamos con él de acuerdo con nuestra estructura emocional</li>
<li> Son energía vital. Forman parte del <strong>impulso</strong> de “ir hacia”, de estar en el mundo y de relacionarnos con él.</li>
<li> Nuestra memoria, la acumulación de recuerdos y vivencias que conforman nuestro yo viene marcada por los objetos emocionales, por las situaciones que nos han impactado. Los datos de nuestra memoria tienen un fuerte componente emocional.</li>
</ul>
Dentro del trabajo psicoterapéutico es de gran importancia la identificación de lo que nos gusta y lo que no nos gusta (como ya comentamos en otro post, una de las maneras de definir la neurosis es el olvido de los propios deseos y necesidades para obedecer los mandatos, necesidades o exigencias externas). En el reino animal es de extrema importancia la identificación de lo nutritivo/toxico, agradable/desagradable para la supervivencia de la especie; así que somos una curiosa especie que es capaz de seguir (sobre)viviendo sin identificar que nos gusta o nos desagrada y seguir obrando en función de lo que nos imponen.<br />
<br />
Es una situación de lo más habitual en terapia, que la persona que acude tenga una conciencia “<strong>difusa</strong>” de sus emociones. Los más emocionales (entre los que me encuentro) tienen la sensación de que sienten muchas cosas, de que hay un torrente emocional interno que guía su vida; “es que yo siento mucho” o “yo no siento nada” suele ser la manera en que lo expresan al principio. Pero en el momento de poner atención, identificar la emoción, ponerle nombre…. Se produce el vacío. En este caso el problema es que la persona se identifica con la emoción, ésta se convierte en un filtro por el que pasan todas las acciones, pero no hay una conciencia de “qué” está realmente sucediendo. Suceden cosas pero no se cuales.<br />
<br />
<div class="separator" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglUpCIRGF7y5qm-VY34L7WL7h_ioAUwmJA91F6mpSqzgm5lLb5CArbPoHhQE39m35QIlv0VUxGANhxI2R_vxjmgk-SWb-Jb11_ToLin6a7W8VjguKeavhlVKHNZ_DzwcrZKU2bp4xBJYV-/s1600/tristeza_alegria2-397x300.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" fea="true" height="241" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglUpCIRGF7y5qm-VY34L7WL7h_ioAUwmJA91F6mpSqzgm5lLb5CArbPoHhQE39m35QIlv0VUxGANhxI2R_vxjmgk-SWb-Jb11_ToLin6a7W8VjguKeavhlVKHNZ_DzwcrZKU2bp4xBJYV-/s320/tristeza_alegria2-397x300.jpg" width="320" /></a></div>
Otros estilos de paciente responden ante la emoción que surge inhibiéndola (sentí algo molesto y no le hice caso), haciendo cualquier tipo de actividad física o intelectual para evitar la molestia que provoca esa emoción, imaginando, haciendo deporte, cocinando, comiendo…. Cualquier cosa para alejarnos de emociones (<strong>tristeza, rabia, miedo o alegría</strong>) que suponemos nos van a hacer daño o no nos vemos capaces de sostener.<br />
<br />
El trabajo terapéutico en la mayoría de los casos (incluido el caso de quien escribe este texto) incluye una especie de “parvulario” emocional, donde la persona hará un pequeño entrenamiento en su día a día de las emociones que se despiertan ante los eventos y situaciones que ocurren en su vida cotidiana: el trabajo, las relaciones con compañeros y jefes, lo que hace en su tiempo libre, qué siente frente actividades con su pareja, sus hijos,….<br />
<br />
Para ello, para poderla identificar, es importante poner un poco de distancia con la situación, parar la inercia en la que estamos inmersos, y preguntarnos durante un instante que estoy sintiendo. Para hacerlo más sencillo y no perdernos en la multitud de emociones que pueden surgir es aconsejable limitarlas a las cuatro emociones básicas (alegría, tristeza, miedo y rabia). El descubrir qué emoción nos despierta una situación nos será de gran utilidad. Es importante que podamos identificar las emociones. Identificarlas nos ayudará a vivirlas más plenamente, con más conciencia. Nos abre la posibilidad de descubrir lo que nos gusta y lo que no, identificar lo que consideramos peligroso, o doloroso. <strong>Identificar</strong> las emociones es el inicio necesario para poder empezar a poner límites, a cuidarnos, a valorarnos.Miguel Endrinohttp://www.blogger.com/profile/06623421789166694913noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2521361506710008123.post-62988033574261784032012-04-11T12:41:00.000+02:002012-08-31T13:01:24.973+02:00Soltando presión<div class="separator" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEic2wJ2RcscOVtqFdK0ksbB8woTJGfLcuENML_H70KyU9I2IV7f5qcLz2pZ2UicCilRRZfIFXY0LHF6PycdcdtM-N62vNLrP46kghmrzC4w-dGD-m5z9diaAc4YkGhjTnaGHViGeOiR_ltx/s1600/stress-346x300.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" fea="true" height="277" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEic2wJ2RcscOVtqFdK0ksbB8woTJGfLcuENML_H70KyU9I2IV7f5qcLz2pZ2UicCilRRZfIFXY0LHF6PycdcdtM-N62vNLrP46kghmrzC4w-dGD-m5z9diaAc4YkGhjTnaGHViGeOiR_ltx/s320/stress-346x300.jpg" width="320" /></a></div>
Un gran porcentaje de las enfermedades que padecemos tiene que ver con el estrés. Este estrés del que tanto se habla no es más que la forma de responder a las agresiones de nuestro sistema nervioso, más exactamente del sistema nervioso autónomo, encargado de las funciones no conscientes (tasa cardiaca, dilatación pulmonar, digestion, contracción arterial…)<br />
<br />
El sistema nervioso autónomo se divide funcionalmente en sistema simpático y sistema parasimpático. El simpático prepara el cuerpo para actividades que requieren gasto de energía. Es el que se activa en situaciones de estrés. Originalmente va unido a la situaciones más básicas de supervivencia: defensa, ataque, huída y por lo tanto muy unido a las situaciones que producen estrés. El sistema parasimpático por el contrario reduce la activación provocada por el simpático y está relacionado con la acumulación de energía, la recuperación y la regeneración del organismo. Ambos son antagónicos, es decir, no pueden activarse a la vez. Si uno está activado, el otro forzosamente estará desactivado.<br />
<br />
En otra época, hace unos pocos miles de años (puede parecer mucho, pero recordemos que los homínidos llevan millones de años en la tierra) la alternancia de estos dos sistemas era perfecta para la supervivencia: aparición del peligro – activación del sistema simpático – ataque/huida – desaparición del peligro – descanso – activación del parasimpático. En la época actual, en la sociedad occidental en la que estamos, los peligros no suelen provenir de animales salvajes o del ataque de una tribu vecina. Hay pocos peligros que realmente pongan en peligro nuestra supervivencia. Los peligros han cambiado de forma y ya no atentan contra nuestra supervivencia pero el estrés que generan las situaciones es continuo y generan una que vivamos en una excitación constante, en un estado de estrés crónico. El estrés ahora no lo provocan los animales salvajes, estamos tan socializados que el peligro aparece casi siempre en nuestras relaciones diarias. Relaciones con los otros y con nosotros mismos.<br />
<br />
<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAoghWrQw_Z2nl59vT7Ol2pmMpuVRoCP5UEdL-_Ox8Cq2eho7RDCpSDBTJ60M-D9iuzmXMQcsgW3XdeAzZsw0OnsACn3tVndHp2_hojuEAOe7cblrll8z6aMtY1MBogibz_jSKyePlXbEu/s1600/gritar1-150x150.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" fea="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAoghWrQw_Z2nl59vT7Ol2pmMpuVRoCP5UEdL-_Ox8Cq2eho7RDCpSDBTJ60M-D9iuzmXMQcsgW3XdeAzZsw0OnsACn3tVndHp2_hojuEAOe7cblrll8z6aMtY1MBogibz_jSKyePlXbEu/s1600/gritar1-150x150.jpg" /></a>Horarios apretados, discusiones laborales, trabajos que nos disgustan, poco tiempo para las relaciones sociales y un enorme número de situaciones más que nos suceden en la vida diaria hacen que estemos en un constante estado de estrés. Un estrés del que no nos podemos deshacer con facilidad debido a que los mecanismos para hacer que desaparezca ya no son factibles. La agresión física o el salir corriendo no son maneras de actuar aceptadas en nuestra en nuestra sociedad. Ni tan solo la expresión de cualquier tipo de agresividad está bien visto; con lo cual nos reprimimos la rabia y acumulamos más y más estrés.</div>
<br />
Esta situación a la larga produce un debilitamiento de nuestro sistema y produce la aparición de un gran número de enfermedades ya que sometemos a nuestro cuerpo a una enorme tensión y se reduce mucho el tiempo y la capacidad para recuperarnos.<br />
<br />
Para poder hacer frente a estas situaciones de desgaste continuo tenemos algunas opciones. La primera, más importante y más costosa consiste en la revisión de nuestra manera de relacionarnos ya que, como he comentado antes, todo el estrés que acumulamos se produce en situaciones de relación. Revisar qué me altera, que me enfada del otro, cómo llevo mi vida personal o familiar, cómo reacciono el trabajo, si estoy a gusto con lo que hago…. Mil y una cosas que nos llevarán a buen seguro tiempo y dedicación.<br />
<br />
<div class="separator" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhn39nJgiidQQU0tIMWPkLUUwbXQwxMm1pAeMnF9pnpi3OFb442F-SNsUXeWNBG0M6RSKCKdylrGYLuer8Bm0uhEfIo-eiqKMMfqMGwzzYE8s_Q9pFiNT7iUg66GTLODiVdIVnLYIOhLFCX/s1600/stress1.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" fea="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhn39nJgiidQQU0tIMWPkLUUwbXQwxMm1pAeMnF9pnpi3OFb442F-SNsUXeWNBG0M6RSKCKdylrGYLuer8Bm0uhEfIo-eiqKMMfqMGwzzYE8s_Q9pFiNT7iUg66GTLODiVdIVnLYIOhLFCX/s1600/stress1.jpg" /></a></div>
Por otra parte también podemos ayudar a reducir nuestro nivel de estrés para poder continuar con nuestro día a día con más comodidad. Tenemos que buscar válvulas que nos permitan soltar algo de nuestra agresividad, poder expresar nuestra rabia. Algo tan sencillo como golpear un cojín (a ser posible pensando en la persona con la que estemos enfadados, ya sea el jefe, el vecino, la madre o la pareja) nos descargará momentáneamente de agresividad y nos ayudará a retomar la relación con esa persona de manera más relajada, ya que el exceso de agresividad no bloqueará o deformará lo que queramos expresar.<br />
<br />
Cualquier truco que utilicemos es válido: gritar en el coche, golpear objetos con un palo, pegar a cojines o un colchón, patalear… cualquier acción que nos permita expresar nuestra agresividad en un entorno controlado.<br />
<br />
La agresividad es parte de nosotros, ella es la que nos permite “ir hacia”, hacer cosas, seguir vivos. Así que no nos avergoncemos de ella. Intentemos que sea nuestra aliada y no una enemiga.Miguel Endrinohttp://www.blogger.com/profile/06623421789166694913noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2521361506710008123.post-19772673012000807122012-03-21T12:33:00.000+01:002012-08-31T14:25:25.171+02:00¿Y ahora qué?<br />
Toda persona que inicia un proceso terapéutico lo hace llevada por un motivo diferente. Generalmente nos ha costado bastante tomar esa decisión y la hemos ido postponiendo día tras día, intentando convencernos de diferentes formas de que “no estoy tan mal” o de que “no tengo tiempo” o “si yo hablo con mis amigos y no lo necesito…” Hasta que la sensación de no poder mas, de que algo que nos impide avanzar y no sabemos cómo continuar se manifiesta en toda su magnitud y nos obliga a dar ese paso.<br />
<br />
<div class="separator" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdb4cbuyBtJezwRBlZzpO9nGFYqFUKa6LW99Y4TPqTXpG4kkN37tYmX1RaxvFt0PeIn-guKpXQWoeK78M3P2p3gWiNembvOveNFA6RJ-A-3qn9hkfHA1mr932Rs6U0iINzkXn1UWk6PR6t/s1600/equilibrio.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" fea="true" height="268" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdb4cbuyBtJezwRBlZzpO9nGFYqFUKa6LW99Y4TPqTXpG4kkN37tYmX1RaxvFt0PeIn-guKpXQWoeK78M3P2p3gWiNembvOveNFA6RJ-A-3qn9hkfHA1mr932Rs6U0iINzkXn1UWk6PR6t/s320/equilibrio.jpg" width="320" /></a></div>
Como la mayoría de terapeutas mi primer contacto con la terapia fue como paciente. Todo comenzó hace veinte años: me despertaba en medio de la noche con la sensación de que me iba a morir en ese mismo instante, aterrado, con la sensación de que el aire no llegaba a mis pulmones. Todo mi ser se esforzaba en respirar, en volver a tomar aire (cosa que ocurría casi inmediatamente, aunque a mi me pareciera una verdadera eternidad). Después de tres o cuatro respiraciones profundas me convencía de que no me iba a morir en ese momento, pero el estado de terror continuaba durante unos minutos. Un poco de agua, una visita al lavabo y, gradualmente, la respiración volvía a la normalidad y el miedo disminuía. Al mismo tiempo la somnolencia volvía a aparecer y me avisaba que eran las tres o las cuatro de la mañana. Volvía a la cama y pensaba: “debe de haber sido un mal sueño”. Y ahí lo dejaba todo.<br />
<br />
Y así siguíó todo durante cuatro o cinco años más. Con el tiempo estos episodios nocturnos se fueron haciendo cada vez más frecuentes y yo continuaba intentando redefinirlos y encuadrarlos como algo “normal” en mi vida diaria, hasta que empezaron a ocurrir de día. Que esa sensación de falta de aire, de ahogo y de muerte inmediata por dicha sensación de asfixia se produjera en pleno día, durante una clase de la que tuve que salir como un cohete, me asustó muchísimo. ¿Qué me estaba pasando?<br />
<br />
Lo consulté con una persona de confianza y me respondió: “eso es un ataque de pánico” y me facilitó el teléfono de un terapeuta Gestalt.<br />
<br />
Y allí me presenté. Casi esperando que con aquella visita (el equivalente según mi forma de verlo entonces a una imposición de manos divina) se solucionara mi problema. Albergaba la esperanza de que me dieran la solución mágica para parar aquello, o una serie de ejercicios o que me explicaran de donde procedía aquella angustia para yo, racionalmente, poder solucionar el problema. Buscaba la solución rápida y sin esfuerzos que me permitiera seguir con mi vida tal como la conocía hasta entonces, sin que tuviera que cambiar nada.<br />
¿Cuál no sería mi sorpresa al descubrir que no había curas milagrosas, y que tampoco me iban a reparar como a una máquina?. Y además me dicen que soy yo el que tendrá que hacer ciertos cambios en mi vida, en mi forma de estar en ella. ¿Cambiar? Pero si yo era un tío cojonudo, no tenía nada que cambiar. Todo iba bien, mi vida iba bien, no tenía ningún problema, todo marchaba de fábula. Solo había alguna que otra cosilla <em>casi</em> sin importancia, como que estaba en un trabajo que me aburría y al que no veía futuro o que mi vida de pareja se había acabado y me encontraba bastante desorientado o que el deporte al que había dedicado tantos años y esfuerzo ya no me decía nada. En resumen: mi vida era un auténtico caos. Pero yo seguía diciéndome que todo estaba bien…<br />
<br />
De eso ya hace más de quince años y estoy convencido sin ninguna duda que si para alguien tan “rígido” como yo, con tanta dificultad para mirar hacia adentro, la terapia Gestalt le ha sido de gran ayuda, puede serlo para muchísima gente.Miguel Endrinohttp://www.blogger.com/profile/06623421789166694913noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2521361506710008123.post-48894130899656745702012-02-28T12:27:00.000+01:002012-08-31T14:26:05.014+02:00Aceptando lo que somos<br />
Esta es la tercera y (y última, por ahora) publicación sobre aspectos básicos de la teoría de la Terapia Gestalt. Esta vez explicaré brevemente cómo trabajamos e intruciré un elemento que nos diferencia de la mayoría de psicoterapias y en especial de la psicología clínica: la actitud que mantiene el terapeuta. Como siempre, espero que os guste.<br />
<br />
A grandes rasgos la manera de trabajar sería la siguiente:<br />
<div class="separator" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6zLxdHWC5ngg1lE5YNxpuUBYL_ybIZ1zBjPOBR3HRaHYollgxtIYgXQXsbdD7Z1MSWxAQtssfPNaCU020TaEvYgU-IX0JRduTrden5Pgncv9kvfcifPGVptGMmGPvXdO0fdnqcY1HxN0l/s1600/ltras-la-puerta.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" fea="true" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6zLxdHWC5ngg1lE5YNxpuUBYL_ybIZ1zBjPOBR3HRaHYollgxtIYgXQXsbdD7Z1MSWxAQtssfPNaCU020TaEvYgU-IX0JRduTrden5Pgncv9kvfcifPGVptGMmGPvXdO0fdnqcY1HxN0l/s320/ltras-la-puerta.jpg" width="261" /></a></div>
-<em>Contactar con el “<strong>aquí y ahora</strong>”.</em> Darnos cuenta de qué hacemos, sentimos y pensamos en relación a las situaciones que nos producen sufrimiento. Parece algo de lo más sencillo y sin embargo muchas veces no lo es. En muchas ocasiones nos cuesta asumir que estamos enfadados con alguien o creemos que haciendo o sintiendo algo vamos a romper nuestro <strong>autoconcepto</strong>. Es en esas situaciones que surge ese pensamiento de “yo no soy así”.<br />
<br />
–<em>Trabajar con las partes “escondidas” de nuestra personalidad.</em> Con esa “<strong>sombra</strong>” que nos empeñamos en ocultarnos a nosotros y a los demás y que sin embargo forma parte intrínseca de nosotros mismos, y que en ella misma esconde el potencial para un desarrollo total de la persona. Más allá de lo que nos gustaría ser, de lo creemos que tendríamos que ser y de lo que los otros esperan que seamos, nosotros somos lo que somos. La función de la terapia Gestalt es ayudar a desarrollar el potencial de cada uno, sacando a la luz el tesoro de la individualidad que llevamos dentro.<br />
<span id="more-116"></span><br />
Hay una confianza implícita en la capacidad de la persona de que conforme vaya tomando cada vez más contacto con lo que hace, con lo que le gusta, con lo que siente y con lo que piensa, habrá una mayor libertad para elegir con conciencia. Una mayor posibilidad de cambio al abrirse ante él un mayor abanico de posibilidades. Y por último, una elección responsable: de todas las cosas que puedo hacer aquí y ahora, elijo hacer ésta.<br />
<br />
<strong>La actitud del terapeuta</strong><br />
<br />
En la terapia Gestalt existe una actitud más de respeto por la enfermedad de la persona que un intento de efectuar cambios. El cliente no necesita otra persona más que le diga lo que tiene que hacer. El terapeuta acepta a la persona tal como es. Esta forma de trabajar sería el llamado “acompañamiento” terapéutico<br />
<br />
<div class="separator" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEig5RNegHl8UzkVmoT6iPjhsnVmyREB_0b45Q2Q48sskhTq0dZt_yMWYyEUWLn8t68TDMVkYrduw8iDmUL-GIq4YjmZNOZgquURuOgJfEwybK0heCPjcPo3omQ2O3kKvoPY7P7xCmmjrfx1/s1600/confianza2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" fea="true" height="195" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEig5RNegHl8UzkVmoT6iPjhsnVmyREB_0b45Q2Q48sskhTq0dZt_yMWYyEUWLn8t68TDMVkYrduw8iDmUL-GIq4YjmZNOZgquURuOgJfEwybK0heCPjcPo3omQ2O3kKvoPY7P7xCmmjrfx1/s320/confianza2.jpg" width="320" /></a></div>
El terapeuta se centra para ello en estar presente en el aquí y ahora, con una actitud de apertura y aceptación de lo que surja. Podemos decir que pone las condiciones necesarias para que el cliente pueda poner en marcha y experimentar su “darse cuenta”.<br />
<br />
¿Qué es el darse cuenta? Es una forma de vivenciar. Es el proceso de prestar atención, estando en contacto con la situación o necesidad más importante que surja en el momento actual e igual de importante, qué sentimos, que reacción nos despierta y cómo hacemos frente a esa necesidad o situación.<br />
<br />
Desde la terapia Gestalt se cree firmemente que la relación por sí misma es curativa. El terapeuta ofrece confianza, respeto y aceptación. Es la propia persona, que sintiéndose aceptada y respetada, podrá empezar desde el primer momento a recuperar su propio respeto y aceptación y, desde ahí, empezar a realizar cambios en su manera de relacionarse.Miguel Endrinohttp://www.blogger.com/profile/06623421789166694913noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2521361506710008123.post-82063852031933749822012-02-14T18:08:00.000+01:002012-08-31T13:11:27.896+02:00¡Yo no soy neurótico!<br />
El concepto de enfermedad y la neurosis, la visión gestáltica.<br />
Todas las teorías que tratan de la salud y la enfermedad tienen su propia definición sobre ellas.<br />
<br />
Para Fritz Perls -creador del método gestáltico- la enfermedad mental era la consecuencia directa de un alto grado de neurosis ¿Neurosis? ¿Qué es eso? Primero decir que en mayor o menor medida <b>todos somos neuróticos</b>. Todos somos individuos que se desarrollan en una sociedad, para nosotros son de gran importancia las relaciones, y sin ellas, seguramente no sobreviviríamos. Es en este plano donde aparece la neurosis, en la frontera de contacto entre nosotros mismos y los demás, cuando se produce un conflicto aparentemente irresoluble entre la <b>necesidad</b> real que percibimos en nosotros mismos y lo que <b>creemos</b> que nos demanda el entorno.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYUrjOaIcRgFvCWgBfsfzGHDj5a0bckxW43llmnvuph0ntU-oJJ-pieFOh6amNPgiTGodnEkKAr9g1ZbZrowx4H3EF5nfcfjXGxr2ZzJqkadfEPAnGpnkqapdpxBYIsOYp6wzzpdS2OBhV/s1600/tension-286x300.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYUrjOaIcRgFvCWgBfsfzGHDj5a0bckxW43llmnvuph0ntU-oJJ-pieFOh6amNPgiTGodnEkKAr9g1ZbZrowx4H3EF5nfcfjXGxr2ZzJqkadfEPAnGpnkqapdpxBYIsOYp6wzzpdS2OBhV/s1600/tension-286x300.jpg" /></a>Un ejemplo sencillo para ilustrar lo anterior:<i> </i><br />
<br />
<i>Víctor es un enamorado de la música coral. Después de meses de ensayos finalmente va a realizar su primer recital. El auditorio está lleno, familia y amigos han venido a verlo. Todo está listo para el gran estreno. Por fin el ansiado día ha llegado. De inicio todo va perfecto: el sonido, la compenetración de los cantantes… Pero a Víctor con las prisas se le ha olvidado ir al lavabo antes de la actuación. Al principio es sólo una molestia sin importancia, pero con el paso del tiempo la urgencia es cada vez mayor. Víctor se siente en una disyuntiva: salir disimuladamente del coro e ir al lavabo… seguramente le verán abandonar el escenario y pasará una enorme vergüenza frente al público, frente a sus amigos y familiares o por el contrario quedarse y llegar hasta el intermedio, sufriendo un cada vez más evidente baile. Víctor quiere ir al lavabo pero no se decide; finalmente decide quedarse en el escenario. El resultado es que algo que inicialmente iba a ser una bonita velada se convierte en una tortura. No hay satisfacción y tampoco se puede concentrar en cantar. Víctor siente que su actuación es bastante mala pero no sabe cómo puede resolver esa situación.</i><br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1HrIdQ4jplvDKxq43dW9wqFb2v5lDz3fY_G4K518veZNGTYsiIBqtw2s9MIfW2njvDegyvQKafpQyRekySEivvDmDmuHbX3wU7Dzqr_UfmrMJGLE3jSR5yWwBEbDboo8awpVR0VKbPhzM/s1600/enredo_noticia.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1HrIdQ4jplvDKxq43dW9wqFb2v5lDz3fY_G4K518veZNGTYsiIBqtw2s9MIfW2njvDegyvQKafpQyRekySEivvDmDmuHbX3wU7Dzqr_UfmrMJGLE3jSR5yWwBEbDboo8awpVR0VKbPhzM/s320/enredo_noticia.jpg" width="320" /></a>Este ejemplo muy sencillo nos serviría como una de las posibles definiciones del concepto de neurosis. En este caso la persona ha dado prioridad a la convención social –quedar bien en este caso- frente a una necesidad real propia. Esta situación puede resultar hasta cierto punto banal, pero si la extrapolamos a decisiones más importantes en las que se vean incluidas pareja, familia, hijos, salud, trabajo o amigos, puede llevarnos a graves desequilibrios.<br />
<br />
Si escuchamos a nuestro juez interior y sus”<b>deberías</b>” y nos negamos a escuchar nuestras <b>necesidades reales</b>, perpeturaremos un estado de insatisfacción continua, ya que todos nuestros actos estarán encaminados a aplacar una exigencia que poco o nada tiene que ver con la necesidad original<b style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"> </b>. La terapia Gestalt funciona como una manera de que se han ido formando a lo largo de nuestra vida. El trabajo consiste en ir poco a poco revisando esas actitudes o formas de comportarnos en el día a día. Vivenciar de qué manera respondemos ante las demandas externas: ¿Hacemos realmente lo que queremos hacer o por el contrario nos dejamos llevar por lo que nos dicen los otros?, ¿o por lo que creemos que quieren los otros? y con el tiempo vamos acumulando más y más frustración, cada vez más metidos en una vida que no nos gusta, con la sensación de que el tiempo se acaba…Miguel Endrinohttp://www.blogger.com/profile/06623421789166694913noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2521361506710008123.post-59173829908141943572012-02-09T14:09:00.000+01:002014-03-03T14:14:45.362+01:00¿Gestalt? ¿Qué es eso?El término <b>Gestalt</b> proviene del alemán y admite varias traducciones posibles entre ellas forma, estructura o <b>creación</b>.<br />
<br />
<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">
La terapia Gestalt se puede incluir dentro de las psicoterapias humanistas que aparecieron en Europa y EEUU después dela Segunda GuerraMundial y que recuperaban el aspecto positivo de la visión de la persona, contemplando la posibilidad de un cambio en ésta basado en asumir la responsabilidad de la propia vida, tratando al individuo como una unidad, como un todo. Dichas terapias ponían énfasis en la relación, tanto de la persona consigo misma como con el entorno y en los conflictos que se originan en dicha relación. Son una respuesta, una visión diferente y más esperanzada en las posibilidades de la persona que las psicoterapias dominantes durante la época anterior, entre ellas, de las más conocidas, el psicoanálisis. <br />
<br />
<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">
<a href="http://aidamterapia.com/blog/wp-content/uploads/2012/02/interrogantes.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" border="0" class="alignleft size-full wp-image-127" src="http://aidamterapia.com/blog/wp-content/uploads/2012/02/interrogantes.jpg" height="250" title="interrogantes" width="250" /></a></div>
</div>
<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">
<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">
Todas las psicoterapias humanistas tienen en común la confianza en la persona como agente activo en su salud. Se cree en el potencial de la persona para evolucionar, se confía en que la persona tiene sus propias respuestas para resolver sus problemas. No hay una respuesta única a los problemas presentados, sino que cada persona tiene su propio camino, toma sus propias decisiones y se responsabiliza de su propia vida.</div>
<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">
<br /></div>
</div>
La Terapia Gestaltaparece de la mano de Fritz Perls, Médico psiquiatra alemán, a mediados del siglo XX. Perls poseía una enorme habilidad para sintetizar y utilizar para su trabajo terapéutico técnicas de diferentes modalidades que considerara útiles o interesantes. Así que la terapia Gestalt., en su inicio, recibe influencias del psicoanálisis (en el que Perls estaba formado), del teatro, el psicodrama, la filosofía existencialista, la psicología de la percepción alemana de los años 40 y más tarde del Zen y tradiciones chamánicas. Todo ello conforma una nueva manera de hacer terapia donde tanto el cliente como el terapeuta participan activamente y donde el aquí y ahora toma el papel principal, donde el cómo hago las cosas y el para qué las hago toman más importancia que el por qué.<br />
<br />
<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">
<b>La Terapia Gestalt en la actualidad</b><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<b><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRpWA8GRkyARfQkkza2bU_gKdQHkC7DD4l8GrCN7DUmFpO0Jgbx0yNcHSZxTOvX17Tt3x7rMO2CtEnCjHfUt8YhAe3SDojUuTVVMMtw7PuIBLx3TbEVnGwE5jGtHekmt6z4pwbcmcn7qhX/s1600/optical-illusion-397x300.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRpWA8GRkyARfQkkza2bU_gKdQHkC7DD4l8GrCN7DUmFpO0Jgbx0yNcHSZxTOvX17Tt3x7rMO2CtEnCjHfUt8YhAe3SDojUuTVVMMtw7PuIBLx3TbEVnGwE5jGtHekmt6z4pwbcmcn7qhX/s1600/optical-illusion-397x300.jpg" height="241" width="320" /></a></b></div>
</div>
<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">
Con el paso de los años se ha ido enriqueciendo con las aportaciones de los profesionales que han ido dejando su experiencia en ella. Podemos decir que ha llegado a una cierta madurez, donde la experimentación (sobre todo en los años 60) ha dado lugar a un mayor cuerpo teórico.<br />
<br /></div>
<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">
Durante muchos años se ha utilizado con gran asiduidad una frase de Perls que decía que “la terapia Gestalt era demasiado beneficiosa para limitarla a los enfermos”. Creo en esa afirmación y mi propia experiencia está de acuerdo con ella, ya que la terapia Gestalt es también una herramienta potente para el autoconocimento y la mejora del bienestar personal, y nos dota de herramientas para afrontar los obstáculos de la vida así como formas de mejorar nuestras relaciones. Pero sobre todo, a lo largo de los años, creo que se ha producido un avance en la efectividad de la terapia frente a todo tipo de enfermedades (depresiones, fobias, trastornos obsesivos…) y ha empezado a cobrar una gran presencia y relevancia en los mundos de la pedagogía y la educación, a todos los niveles.</div>
Miguel Endrinohttp://www.blogger.com/profile/06623421789166694913noreply@blogger.com0